Como si de una ciudad de cuento se tratara, Jodhpur , perteneciente al estado de Rajastán, al Noroeste de la India, se caracteriza por el azul que cubre muchos de sus edificios y lugares públicos.
La ciudad crece alrededor de la colina del Fuerte Mehrangarh y está delimitada por muros con varias puertas de acceso. Sin embargo, con el paso de los años, el aumento de la población obligó a los nuevos residentes a asentarse en el exterior, mucho más allá de las murallas.
En un principio, este color era un distintivo social utilizado para pintar las viviendas de los llamados brahmanes ( miembros de la casta sacerdotal y asesores del rey ). Poco a poco, ésta práctica se difundió en otros tipos de casta hasta convertirse en una costumbre de todos los habitantes de Jodhpur y, con el pretexto de que este pigmento, ahuyentaba a los mosquitos, pintaron, no solo fachadas, también escaleras, barandillas, puertas e incluso calzadas. Hoy en día, los motivos han cambiado: las casas de nueva construcción se siguen coloreando de esta forma como reclamo turístico, a pesar de tener que repintar tras las escasas pero fuertes lluvias que arrastran consigo la pintura.
Otro de los nombres de Jodhpur, mucho menos conocido, es el de ” La ciudad del Sol “ por el clima cálido del que sus habitantes disfrutan todo el año, pero sin duda el color azul es el que otorga a este lugar su fama, convirtiéndolo en una especie de espejismo añil en medio del árido paisaje indio.